sábado, 23 de febrero de 2013

Beliy Plaschik + Relatos obligados



*Este es un relato corto que me mandaron a hacer para la clase de castellano en el primer semestre de la universidad (UAH).

Beliy Plaschik

Nadeshda llevaba despierta 2 horas pero no se había movido para nada en todo ese tiempo. Así que se levantó del catre que tenía su celda, se sentó y empezó a tararear una melodía que tenía grabada en su memoria desde su infancia. – Ojala y alguien pudiera escucharla – dijo una voz dentro de su cerebro con melancolía.
– Venga ya es hora de lavarse – le dijo con brusquedad un guardia que se acercaba con paso desgarbado a la celda de Nadya desde un pasillo oscuro y algo estrecho.
El guardia que con el cabello desordenado y ojeras pronunciadas tenia aspecto de no haber dormido nada en toda la noche se saco un manojo de llaves del bolsillo izquierdo del pantalón, se acerco a la puerta, la abrió y la descorrio con fuerza – venga vamos – le dijo el guardia, se acercó, la agarró del brazo y la arrastro hacia el pasillo sin ponerle las esposas.
Nadya empezó a caminar por inercia, las ganas de vivir y el instinto de supervivencia habían abandonado su cuerpo y ella era casi un cascaron vacío. Aunque no estaba del todo vacía, había algo que le gritaba desde el punto más profundo de su cerebro que despertara, reaccionara y le diera un puntapié a esa persona que la lastimaba mientras la jalaba por el brazo pero ella no le hacía caso a esa voz.
El guardia alto y de complexión atlética jalaba a Nadya con fuerza por el pasillo. Estaba cansado de tener que hacerlo el todas las veces cada 2 días y pensó con cierta alegría que esta sería la última vez que tendría que hacerlo.
Doblaron a la izquierda a otro pasillo que dirigía a los lavabos de las reclusas, el guardia abrió la puerta y empujo a Nadya dentro. Cerró la puerta con su llave y se quedó un momento observando a Nadya que se estaba quitando la bata blanca con que se vestían las reclusas del corredor de la muerte.
– Que buena esta y eso que está embarazada– murmuro el guardia con ojos de lujuria. –Ahora que no hay nadie cerca podría entrar y divertirme con ella ¿no? – Pensó – Nadie se daría cuenta y al fin y al cabo ella en unas horas ya no estará en este barrio – Siguió pensando el guardia hasta que un ruido que provenía de las cocinas le hizo despertar de su fantasía.
No se podía culpar al guardia de los deseos que tenía por Nadya; de ojos pequeños y ambarinos con una nariz pequeña y perfilada, el cabello corto y negro, flaca (a pesar de su embarazo) y de buenas medidas, Nadya era con diferencia una de las mujeres más lindas que el guardia había visto jamás, y menos en la cárcel donde trabajaba.
Esto combinado a la bata blanca y corta que usaban las reclusas del corredor de la muerte no ayudaba mucho a esconder su atractiva figura de los ojos del guardia.
– Tienes media hora, ¿escuchaste? – le grito con fuerza el guardia mientras observaba el cuerpo semidesnudo de Nadya. Sintió un espasmo en su entrepierna pero lo pensó mejor, se dio la vuelta y empezó a caminar de regreso a su puesto de guardia sin esperar respuesta de Nadya.
Nadya empezó se quitó su ropa interior y camino con paso lento hacia el lavabo, agarro un cepillo de dientes y un tubo de crema dental que habían dejado ahí para ella y empezó a cepillarse mientras que por primera vez en semanas estaba pensando.
Empezó a recordar porque estaba ahí, recordó el tiempo que tenía en el corredor de la muerte, recordó su juicio rápido y arreglado donde en un par de horas se decidió poner fin a su vida, y se dio cuenta que solo le quedaba ese día de vida. Y ahí reacciono, la voz que le gritaba desde su cerebro tomo posesión de todo su cuerpo y la energía volvió a correr por su sangre.
Recordó la nueva ley que impedía tener más de un hijo por familia, recordó que ella era la primera en ser atrapada en un intento de tener a su hijo ilegalmente y que la usaron como ejemplo para la población, ella sería la primera que cumpliría la pena de muerte por infracción a la ley del hijo único. De pronto una rabia inmensa se apodero de ella, escupió al espejo y golpeo su reflejo con su puño cerrado.
Sangraba por los nudillos pero no se quejó, abrió la llave del agua se limpió la sangre de la mano dejándola debajo del chorro de agua, se enjuago la boca, cerro la llave del agua y fue a la ducha.
Se bañó solo con agua fría, a pesar del frio que tenía. –Los inviernos en Moscú pueden ser duros – Pensó con sarcasmo.
Mientras el agua caía sobre su cuerpo y hacia caminos que cruzaban su piel se acordó de Lena, se acordó del calor que le producía el contacto con su piel y le dolió el no poder verla ni siquiera en sus últimos momentos.
Nadya y su novia Lena habían decidido tener hijos a pesar de ser una pareja homosexual, decidieron que las 2 tendrían un bebe cada una, así que buscaron en un banco de esperma el mejor candidato para sus óvulos. Nadya tuvo problemas en quedar embarazada por el método de fecundación in vitro, pero Lena si tuvo suerte y al cabo de 9 meses Lena tuvo a su primer hijo mientras Nadya tenía solo 6 meses de embarazo.
Al séptimo mes del embarazo de Nadya; la ley del hijo único que casi todo el mundo decía que no sería aprobada por el parlamento, fue aprobada y puesta en efecto inmediatamente. Las primeras semanas después de la aprobación de la ley fueron confusas y empezaron a circular rumores de mujeres que tenían a sus hijos clandestinamente. Así que Nadya que quería tener a su hijo por cualquier medio contacto con un médico que le habían dicho que hacia esas intervenciones.
Le dijo que el arreglaría todo y hasta le conseguiría una incubadora para su bebe de siete meses, que con la tecnología de estos tiempos no le pasaría nada a su bebe. Nadya confiada arreglo todo para conseguir el dinero y unos días antes de la intervención llegaron a su casa un par de soldados de la policía militar, la arrestaron y se la llevaron a prisión.
En prisión se Nadya se enteró que el médico que le iba a hacer la cesárea también fue arrestado junto a un par de colaboradores del hospital donde trabajaba y fue el que les dio los nombres de las mujeres que habían solicitado sus servicios y por eso ella estaba ahí.
Nadya fue elegida primera para enfrentar la pena de muerte por su negativa a abortar a su bebe, prefería morir ella y su hijo a manos del pelotón de fusilamiento a matarlo con el consentimiento para su aborto.
Él bebe de Nadya se quejaba del frio dando patadas en su vientre, ella salió de la ducha, se secó con una toalla y empezó a ponerse su ropa interior cuando escucho un ruido en la puerta del baño. Se volvió y observo la ventana con barrotes de la puerta, no vio nada así que se encogió de hombros y siguió vistiéndose. Se puso una bata blanca nueva que había ahí dispuesta para ella. Se dirigió a la puerta y la abrió.
Nadya encontró al guardián con cara sudorosa y respiración agitada recostado en la pared del pasillo. Nadya espero a que el guardia se arreglara los pantalones y le dijo con una voz indiferente para la incómoda situación en que encontró al guardián.
– Ya paso media hora, ¿Nos vamos? –
El guardia que jamás la había oído pronunciar una palabra se sobresaltó más de lo que ya estaba y con cara de sorpresa debido a la nueva actitud con que había salido Nadya del baño le dijo.
– Sí, ya es hora vamos al comedor –
– No quiero comer nada – le respondió Nadya mirando al guardián con expresión de asco.
– Seguro hay algo que quieres comer, ¡vamos no me hagas perder el tiempo! –
Nadya hizo el amago de caminar pero el guardia la retuvo y le dijo. – ¡Las manos! Tengo que ponerte las esposas –
El guardia se las puso rápidamente y empezaron a caminar a través del pasillo camino al comedor.
Mientras tanto en ese mismo momento pero cuatro pisos más arriba se encontraba Una chica de aspecto casi etéreo llamada Valya. Estaba acostada casi desnuda en una cama con sabanas de seda en su cuarto de descanso. Parecía una ninfa con su piel blanca y su larga cabellera.
– Solo por mi aspecto me han elegido para ser la teniente encargada de llevar el pelotón de fusilamiento – Pensó Valya con desanimo – Jamás he visto ni siquiera morir a alguien, pero solo como es una especie de evento mediático me lo han dado a mí – siguió reflexionando.
Valya había seguido con atención el caso de la sentenciada a muerte, así que conocía todo los detalles y motivos que habían detrás de ese fusilamiento
Llevaba mucho tiempo acostada meditando en la tarea que le habían encomendado, cuando de repente pensó en el momento que tendría que ver a esa mujer con su pecho lleno de proyectiles una sensación fría subió por su espalda, le dio ganas de vomitar y salió corriendo al lavabo.
Cuando volvió del baño un poco más tranquila se dio cuenta que casi era la hora de la ejecución. Busco su uniforme en el armario y se vistió. Se peinó y recogió su largo y rubio cabello en un moño apretado, Se retoco el maquillaje y salió rápidamente del cuarto.
Cuando llego al barracón donde los muchachos del pelotón la estaban esperando se dio cuenta que estaba sudando frio de lo nerviosa que estaba. Recogió su arma reglamentaria y la enfundo, pregunto a los soldados si estaban listos, y ellos le respondieron que si algo alicaídos. Ella los comprendió y salió de los barracones rumbo a la sala de ejecuciones.
En la sala de ejecuciones había reunida mucha gente, desde políticos hasta militares que apoyaban la ejecución, parecía más una reunión social que un fusilamiento. La prensa estaba también presente para captar algunas impresiones de este evento.
Cuando Nadya entro en la sala de ejecuciones cayó el silencio entre los presentes. Ella venia escoltada por 2 guardias que estaban encadenados a ella, la amarraron y aseguraron a una especie de poste de madera, le quitaron la bata blanca para dejar al descubierto su cuerpo y mostrar el evidente embarazo por el cual iba a morir.
Un abogado leyó la sentencia de pena de muerte y demás formalidades. El pelotón de fusilamiento con Valya dirigiéndolos entro en la sala y se formaron al frente de Nadya.
Valya con voz que intentaba sonar potente y decidida dijo:
– Este pelotón de fusilamiento hará cumplir tu sentencia.
Las personas que estaban reunidas en la sala de ejecuciones se estremecieron al saber lo que estaban por ver.
– ¡Pelotón, preparados! – Dijo Valya como una autómata.
– ¡Apunten! – Algunos de las personas que estaba ahí para ver la ejecución voltearon las cabezas cuando escucharon a Valya.
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Nadya se sentía extrañamente relajada para el momento en el que se encontraba, sentía que toda su vida se resumía a ese momento y que había tomado la decisión correcta.
Se despidió en un murmullo de las personas que amaba y le dijo a su hijo a través de esa conexión que existe entre madre e hijo.
– Siento no haberte dado más tiempo de vida en este mundo Querido Mío, Perdonadme… ¿podrás?
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– ¡Fuego! – Grito Valya y un estruendo retumbo en toda la sala, 5 fusiles habían disparado su carga sobre el pecho de Nadya que ahora sangraba.
Los miembros del pelotón volvieron sus armas y cerraron filas. Mientras tanto los presentes en la sala se relajaron un poco y algunos empezaron conversaciones con miembros de la prensa…
Valya sentía que algo dentro de ella se había roto. En el último momento, antes del estruendo de los disparos pudo escuchar la voz de Nadeshda pidiéndole perdón a su hijo. Esto estremeció su ser por completo.
Se sentía perdida.
Casi sin pensarlo movió su mano derecha hacia la cartuchera donde llevaba su pistola, la saco y apunto a su sien.
Uno de los miembros de la prensa volteo en el instante cuando Valya se llevaba la pistola a la cabeza y grito captando la atención de todos los presentes
– ¡Señorita que hace!, Hey deténgase – Grito el reportero casi desesperado.
– ¿Teniente Nórikova que cree que está haciendo? – Le grito un General.
Valya no escuchaba nada, su mente repetía las últimas palabras de Nadya una y otra vez.
Y mientras su mente se imbuía en culpa y remordimiento, sus dedos apretaron el gatillo.

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¡Si si!  Ya se que fue muy largo. Si llegaste aqui y te lo leiste todo, tienes mi eterna gratitud xD.

¿Sera que deberia seguir publicando relatos obligados?

2 comentarios: