martes, 28 de marzo de 2017

Sin conexión.

Coño que pánico le entra a uno cuando la red se cae. Son casi que los estadios del duelo pero aplicado a la falta de Internet.
Primero entras en pánico, no lo puedes creer. Apagas y prendes el 4g, pones el teléfono en modo avión, reinicias ese perol siempre echándole la culpa al teléfono antes que al Internet. La red nunca debe fallar, no?
Ahí es cuando caes en cuenta que el Internet se ha ido, cuando ya no hay manera alguna de negociar con la situación. Te molestas, insultas al proveedor de servicios e insultas la oportuna falla de conexión que jode tus planes o tus necesidades.
Lo que es esperanzador es que en algún momento ha de volver, lo que jode mucho es que no es la primera vez y no será la última.
Estamos haciendo mejoras en el servicio. Estamos realizando pruebas para mejorar nuestro servicio con ustedes. Alguna patraña de esas es la que puedes escuchar si te atreves a llamar a atencion al cliente, porque ya de por si esa llamada a la operadora es una travesía donde en el mejor de los casos puedes salir solo un poco más molesto.
Para colmo ellos no pierden la oportunidad de intentar clavarte un mejor plan o alguna tarifa adicional.
No Coño de tu madre, no. Yo solo quiero que vuelva el Internet del carajo - gritas sabiendo que al final ese pobre malnacido no tiene la capacidad de ayudarte.
Aveces creo que los operadores de telefonía móvil son psicólogos mal pagados. Son ese filtro donde el cliente arrecho puede descargar esa presión y mentar la madre a gusto.
Al final sigues igual de jodido pero ahora puedes decir que le dijiste su par de cosas al operador.
"Porque esos Chilenos nos tienen jodidos", "Son esos españoles de mierda que nos tratan como indios". Nunca se deja de lado el insulto racista, ese grito al cielo donde se busca una entidad mayor a la cual acusar de los males padecidos ahora, los que te han contado y los que vendrán.
Yo sigo aquí, escribiendo guevonadas y sin Internet.
En serio tenía la esperanza de que cuando acabe este relato ya haya vuelto el Internet. Pues no.
Me jodi.
Llamaré al 104.

P. S. (Post scriptum, animales): resulta que no había pagado la maldita renta del teléfono. Me encanta como es el chantaje con las operadoras, o pagas o te cortamos de raíz tu contacto con la realidad. Bien sutil y muy bien logrado, eh?

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